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Esta figura representa a un negro cimarrón, símbolo de resistencia, fuerza espiritual y dignidad en medio del dolor de la esclavitud. Está completamente tallado a mano en madera y mide 10 pulgadas de alto. Su postura —con los brazos elevados sosteniendo una pesado tronco sobre su cabeza— evoca el momento exacto de sufrimiento, castigo o carga, reflejando la brutalidad del sistema esclavista. Lleva vestimenta rústica hecha de tela blanca manchada por el tiempo, y un pañuelo rojo atado al cuello y la cintura, colores tradicionalmente asociados con la sangre, la lucha y la vida. Las cadenas en sus muñecas y pies, junto al grillete de bola de hierro, no solo representan el encadenamiento físico, sino también el peso emocional e histórico que llevaban quienes fueron esclavizados. Este tipo de figura se utiliza a menudo para honrar la memoria de los antepasados que lucharon por su libertad, escaparon de la opresión y formaron comunidades cimarronas en las montañas o selvas. La pieza está cuidadosamente colocada sobre una base sólida que imita la tierra firme, recordándonos que, aunque oprimidos, sus raíces y espíritu nunca fueron quebrados. Una pieza con gran carga espiritual, digna de respeto y contemplación, una representación profundamente espiritual y emocional, creada para honrar la memoria, pero también para despertar valor en quien la contempla. |